Composición épico lírica que consiste en una tirada larga de versos
octosílabos, con rima asonante en los versos pares, cuyo principio es abrupto y
su final trunco. Son composiciones épico líricas porque son narraciones en
versos, por lo menos en su mayoría, la blabra épica significa narración de las
hazañas de un héroe o héroes. Es una tirada larga porque no tiene estrofas. Los
versos son octosílabos y con la rima en los versos pares, por dos razones, en
primera instancia los romanos tienen uno de los tantos orígenes en los cantares
de gesta y estas composiciones eran de 6 silabas. Al hacerse romances, se
dividen en dos y es por eso que la rima solo queda en los versos pares. En
segunda instancia, el verso octosílabo, como la rima asonante es la forma más
fácil de versificar sobre todo cuando se trata de narraciones poéticas. Es una
métrica sencilla y casi natural, no podemos perder de vista que los juglares no
saben leer ni escribir, por lo tanto la métrica es oral y solo cuentan con su
memoria para reproducir las historias. El principio abrupto y el final trunco tienen
su explicación en el origen de los romances.
Tipos de Romances
La
tipología más generalizada de los romances se elabora en función de su
temática. Según ésta, los tipos de romances son:
- Romances históricos: Relatan acontecimientos de corte histórico o legendario, como el Cid o Bernardo del Carpio.
- Romances carolingios: Basados en los cantares de gesta franceses, como La batalla de Roncesvalles o Carlomagno.
- Romances fronterizos: Relatan hechos acaecidos durante la Reconquista en el frente o la frontera con los moros.
- Romances novelescos: De gran variedad temática, se centran en el folclore español.
- Romances líricos: Romances en los que predomina la expresión de aspectos líricos como los sentimientos o emociones. Dos ejemplos son Romance del Prisionero o La Despedida.
- Romances épicos: Se centran en las hazañas de héroes históricos.
- Romances vulgares o de ciegos: Narran hazañas de bandoleros, crímenes horrendos o milagros.
El
romance es una de las expresiones más características de la tradición literaria
española, y su importancia trascendió las fronteras de la península para
enamorar a estudiosos de todo el mundo. Un
buen ejemplo es el Proyecto
sobre el Romancero Pan-Hispánico, una base de datos
bibliográfica sobre el romancero.
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